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Sahara Experience


Tuve la gran suerte de que contaran conmigo el grupo ATMAN en un proyecto de este calibre. Lo más curioso de esta situación es que yo quince días antes había visitado Marruecos, pero la zona de Marrakech , que obviamente es más urbana y más conocida por los turistas, a pesar de ello no dejó de sorprenderme. Pero el tema no es Marrakech, sino el Sahara . Os podré contar un poco de lo que sentí al igual de lo que debía de hacer allí.

Un 15 de abril, Jose uno de los directores de la compañía Atman, me llamó para decirme si me apetecía irme con ellos al Sahara, mi trabajo consistiría en realizar fotos durante la semana y también la logística del viaje, obviamente al escuchar aquello les dije que SI, sin pensarlo, era toda una aventura para mi.

Llegó el día, y me sentía nerviosa, pues nunca había dormido en pleno desierto, y quería experimentar aquello. Nos adelantamos 2 días antes Jose, Ernesto y yo y directamente nos fuimos a Ouarzazate es una ciudad situada al sur de Marruecos que se conoce como la Puerta del Desierto. Leí un poco sobre esa ciudad, y un dato curioso fue que en esa ciudad había varios estudios de cine y allí se encontraba uno de los más grandes del mundo.

Esa noche dormimos en un Riad, y al día siguiente dormiríamos en un hotel (eso era lo que teníamos programado pero no fue así) Los riads para mi tienen mucho más encanto, (no recuerdo bien los nombres de los riads al igual que el hotel, casi prefiero omitirlo , así funciona el despiste ). Teníamos que hacer el recorrido de la zona por donde íbamos a estar con el grupo que traía Atman, (ese si que lo recuerdo, Bayer), visitarlo todo y así tenerlo todo súper controlado.

Al día siguiente de nuestra llegada , conocí al dueño de los campamentos donde íbamos a estar, Ali, un chico joven de 28 años el cual sabía 5 idiomas, sencillo y muy responsable, hablaba un poco español, lo suficiente para que le entendiésemos, aunque a veces mezclábamos ingles para aclararnos mejor.

La temperatura era agradable, hacia calor pero no era agobiante, bueno eso el primer día. Yo no paraba de hacer fotos, todo era nuevo para mi, y no quería perder ningún detalle de lo que me llamaba la atención,( lo que no sabía es lo que me pasaría después, pues perdí 2 tarjetas y casi me dio de todo, pero a veces esas cosas te pueden ocurrir, y a mi me ocurrió.)

Disfrute muchísimo con el desayuno, pues me encanta esa parte del día, tu variedad de zumos, esa bollería típica de allí, salado, dulce, fruta, café. Disfruté muchísimo, sabía que iba a ser un día especial, con ese pedazo de desayuno, el día iba a ser muy llevadero.

Decidimos irnos directamente al primer campamento y dormiríamos allí, pues las 5 horas de camino no nos las quitaría nadie, era curioso y bonito el trayecto, los paisajes podían ser áridos y sin más te encontrabas con una vegetación fuera de lo normal, incluso atravesábamos poblados,realmente estaba disfrutando. Me sorprendió cuando nos adentramos al desierto, pues pensaba encontrarme a primera vista la arena suave y las dunas, y no, lo primero eran piedras y cada cual más grande, a medida que ibas adentrándote el paisaje era más llano y de repente estaba ahí, esas dunas , esa arena fina, ese brillo dorado, habíamos llegado al desierto de M'HAMID

Esa noche dormimos allí pero no dentro de una jaima, no, a la intemperie ,a la luz de las estrellas, que por cierto, nunca había visto tantas, era como una manta sobre nosotros. El silencio te trasmitía muchísima paz, e incluso podías escucharte a ti mismo, es decir, tus propios pensamientos eran los protagonistas. He de reconocer que me costó un poco conciliar el sueño, y el frío predominaba, pero se estaba muy bien. Me llamo soberanamente la atención el cuarto de baño, una está acostumbrada a la vida moderna y allí no es así, y sobre todo en ese campamento, había un contenedor un poco alejado de las jaimas, y dentro estaba un inodoro pero con un grifo en el que tú tenías que llenar un cubo y este te serviría de cisterna, a su lado había otro contenedor y había una ducha, pero eso sí, el tamaño de estos no llegaban a los 20 pies de los contenedores que hay. Es cierto, que dentro de las jaimas había camas con sus colchones (algunos de ellos con los plásticos puestos, para que no se estropeasen) y tenían luz. Pero era lo normal, no estábamos en un hotel, debía acostumbrarme a ese lugar, lo que más me costó fue el baño, he de reconocer que me agobié al principio y si cerraba la puerta me entraba un poco de claustrofobia, así que decidí entornarla , claro que si hacía aire pues la puerta se quedaba abierta de par en par, fue un poco complicado al principio , luego lo controlé e incluso me adapté en un par de horas. También me llamó la atención que sólo trabajaran allí chicos, cocinaban y mantenían el lugar, casi todos hablaban francés y algunos inglés.

Al día siguiente , rumbo otra vez a ouzarzate donde nos encontraríamos con el grupo de bayer, eran directivos, y tenían un programa que realizar con atman. Es curioso como llegaron, algunos un poco reticentes por estar allí otros les hacía gracia esa situación, pero ahí estaban , preparados o no para esa experiencia. Yo les observaba, les fotografiaba y al principio a penas me acercaba a ellos, quería ver sus expresiones y su evolución con el programa, el cual vi.

Dormimos todos en el hotel, y realmente la diferencia la notarían , pues yo la había notado y mucho, no era ni mejor ni peor, tan sólo era diferente, y si tengo que recomendarla lo hago, DORMIR EN UN CAMPAMENTO EN EL DESIERTO y a ser posible a la intemperie.

Conforme nos acercábamos al desierto, observaba sus caras, pues estoy convencida que la misma la había puesto yo. Y me encantó. Durante el trayecto, paramos e hicieron varias cosas que estaban en el programa, y sobre todo hablar, al fin y al cabo eso se da mucho en un programa de coach.

Esa noche , nos retiramos todos hablar bajo la luna, también hubo espectáculo por parte del campamento, y se planeaba lo que se haría al día siguiente.

Durante esos días , fuimos a un oasis, también nos trasladamos de campamento a otro mucho más moderno en el desierto de Erg Chegaga, pero a mi me gustaba más el primero. Subimos en camello, y con tan buena fortuna que tuvimos una tormenta de arena, también nos llovió otro día en el desierto, que curioso. No conseguí ver un atardecer ni un amanecer de esos que no se te olvidan, pues había nubes.

Una noche, durmiendo me asusté, el aire era tan fuerte que la jaima se movía de tal forma que creí que se rompía, aquí no lo pasé del todo bien, menos mal que duró unas dos horas, pero lo suficiente para no olvidarme de esa noche.

En otra ocasión, regresábamos de comer de un oasis y de que hiciesen un ejercicio, yo tenía que hacer unas fotos a una serie de palabras que habían mencionado, y mi idea era con piedras formar la palabra y fotografiarla, claro que como os había comentado, las piedras estaban alejadas de la zona donde nos encontrábamos, era tarde y tenía que hacerlo, me acompañó el guía y dueño de los campamentos, e incluso me ayudó a recoger piedras para ir más rápido y luego volver a la zona de dunas y ponerlas en el suelo formando esas palabras, una vez que acabamos, regresamos al campamento, estaba anocheciendo, la gente no estaba y yo tenía que estar con ellos, me cogí una mochila con agua una linterna y fui a buscarlos, conforme lo hacía no pensaba, me debía creer que los encontraría enseguida, pero no fue así, caminaba y caminaba, e incluso al principio podía ver a lo lejos el campamento pero llegó un momento en que lo perdí, seguía subiendo dunas, que por cierto, eran super altas, no veía a nadie, sólo arena y dunas, entre el peso de la cámara y el objetivo y que cada vez veía menos, me empezó a entrar un poco de agobio, y para más inri no se oía nada, sólo escuchaba mis respiración. Me lo tomé como un ejercicio de superación, no me quedaba otra, me había perdido, pero no tenía que tener miedo, tenía que seguir hacia delante, y ahí fue cuando realmente descubrí mi fuerza y coraje, fue algo especial, era casi de noche, y ahí sin nadie, lo enfoqué como la vida, y en este caso la mía, tenía que llegar. Y llegué, los encontré, que alegría sentí, y que orgullosa me sentí de mi misma, lo había conseguido.

También nos enseñaron los beréberes como hacían el pan bajo la arena, algunas costumbre, entre otras que preferían dormir fuera sobre la arena. Era gente sencilla, yo trataba de comunicarme con ellos, y a pesar de que el idioma no era mi fuerte, las muecas y los gestos son internacionales, me reía con ellos. Era gente sencilla, sin ninguna pretensión y su forma de ver la vida es tan diferente a la nuestra.

También estuvimos en marrakech, e incluso nos subimos a un globo algo nuevo para mi, ese día teníamos que madrugar mucho, pues veríamos el amanecer desde el globo, fue increíble .

Durante esta semana yo noté muchos cambios en el grupo de bayer, pero lo increíble es que yo lo noté en mi, podría decir que esta experiencia me marcó, y que hubo un antes y un después, y es difícil poder explicarlo, porque lo mejor es vivirlo y sentirlo. Si tuviese que definir mi experiencia en una frase seria "el desierto te trasmite SERENIDAD y PAZ, y su silencio te cautiva."

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